Con bastante frecuencia hay cierta verdad en todo esto. La cerrazón de muchos de nuestros pequeños y medianos empresarios hace que muchas ideas válidas no sean evaluadas tan objetivamente como se merecen. Por suerte, hay un medio efectivo para superar esa resistencia: separar los asuntos humanos de los profesionales a través de la Ecuación del Cambio.
Un análisis más profundo nos dice que, cuando nos sentimos bloqueados y vemos como la situación de nuestro negocio se encuentra en franca regresión, puede ser que los objetivos empresariales vayan por detrás de nuestros objetivos personales. Esta situación nos inhibe de cumplir con nuestra misión y nos deja un único camino de actuación. Por esta razón debemos desafiar ese tipo de cultura empresarial, y generar el anhelado "cambio".
Todos queremos creer que si las cosas siempre han funcionado hasta el momento para que cambiarlas. Pues bien, yo digo que eso no tiene sentido y que como empresarios y emprendedores, tenéis la responsabilidad de llevar vuestro negocio más allá del presente y asegurar su viabilidad y continuidad en el futuro. Por ello os propongo una fórmula para liderar el cambio creada por el profesor Michael Beer:
Cambio = I x M x P > Coste
I-Insatisfacción
M- Modelo de organización empresarial
P- Proceso
Lo que aquí os propongo no es una simple ecuación de coste-beneficio, sino de la fuerza impulsora contra la ecuación de barrera. El coste es la barrera. Y si los costes son elevados, entonces tendremos que subir el nivel de insatisfacción, mejorar nuestro modelo de negocio y mejorar el proceso, para poder superar ese coste.
Para entender mucho mejor la ecuación del cambio de Beer, la vamos a estudiar con más detenimiento.
I = Insatisfacción
Debemos ser líderes y tener un marcado carácter proactivo y adaptativo al cambio. Para funcionar como líder, debemos crear insatisfacción con el status quo. Debido a que el cambio es inevitable, es mejor liderarlo que reaccionar contra él.
M = Modelo de organización empresarial
El cambio por el cambio nunca hizo ningún bien a nadie. Por esa razón, se precisa de un modelo empresarial que proporcione dirección estratégica al cambio que creamos. Nuestro modelo debe responder a la siguiente pregunta: ¿Qué tipo de organización necesitamos para alcanzar el éxito ahora y en el futuro?
El modelo debe ser específico y dirigido a la clase de personas, políticas, estrategias, activos, estructura y valores compartidos que son básicos para cumplir la misión.
P = Proceso
Las personas frecuentemente piensan que para conseguir el cambio necesitan uno o más activos tangibles: tecnología, personal con talento y una importante inversión en publicidad. Esto puede ser verdad, pero para reunir todo eso es menester un proceso. En última instancia, el proceso facilita el cambio y ayuda a dirigirlo hacia objetivos concretos.
Volviendo al punto más importante, recordad que la Insatisfacción x Modelo x Proceso debe ser mayor que el Coste del Cambio, con el coste medido en términos de pérdida (pérdida de seguridad laboral, pérdida de compensaciones o pérdida de estatus del personal). Recordad siempre que a menos que la fuerza del cambio sea lo suficientemente poderosa como para superar la pérdida anteriormente descrita, el cambio no tendrá lugar.
¿Cómo podemos hacer que las fuerzas del cambio sean mayores que la resistencia a este último?
Tenéis que hablar con vuestros clientes y con vuestros empleados. Aumentar la comunicación, testar el mercado, ver cuáles son vuestros puntos débiles, recoger las quejas con agrado y tomarlas como una motivación de mejora (buzón de sugerencias). En definitiva debéis destapar los fallos que permanecen ocultos. Rara vez las personas se dan cuenta de que las cosas no están tan bien como parece en el día a día y que existe el riesgo de aferrarse al status quo. Una vez que se ha despertado la motivación, que está directamente relacionada con la insatisfacción, se puede ir adelante con la creación de un mejor modelo empresarial. Reúne a tu equipo y a otras personas clave para empezar a discutir cómo queremos organizar, reestructurar y cambiar las pautas de comportamiento, a fin de afrontar los problemas que han salido a la superficie. Entonces, instituye un proceso que te comprometa a ti y a tu equipo seriamente para hacer realidad la solución.
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